Yo soy mucho mejor de lo que ustedes piensan y mucho peor de lo que imaginan…

El historiador y periodista Marcelo Larraquy (1965) cuenta por qué eligieron junto a Roberto Caballero esa frase del ex dirigente montonero y empresario Rodolfo Galimberti para el comienzo de su biografía Galimberti. De Perón a Susana, de Montoneros a la CIA (2000).

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Por Marcelo Larraquy

Fue una frase que nos dijo él, a Roberto Caballero y a mí, cuando nos despedíamos de nuestra primera entrevista. Fue un día de lluvia, pesado, nosotros estábamos un poco inquietos, tensos. Desde hacía un año y medio que vivíamos pensando en nuestro biografiado, las fuentes preferían no hablar sobre él porque le temían. Galimberti era un enigma para nosotros, inasible, no sabíamos cómo llegar a él, cómo abordarlo. Le enviamos una pequeña tarjeta para el día de su cumpleaños y respondió al día siguiente por teléfono, con un tono de indagatoria, para hacernos “una serie de preguntas de sucesión aproximativa”. Seis meses después, cuando conseguimos la cita también, todo fue resbaladizo. Nosotros llegamos a un departamento del “hombre de enlace”, que ofició de anfitrión para que nos juntáramos. Me acuerdo que estábamos parados, con dos portafolios, cuando llegó. Nos dijo “sin grabadores”. “Sin grabadores”, repetimos, y caminó unos pasos para dejar su 9mm sobre un escritorio.

Su frase “Yo soy mucho mejor…”, al final del encuentro, era como un mensaje de bienvenida a su mundo. Una forma de avisarnos, también. Si queríamos jugar el juego tendríamos que meternos en la boca del lobo. Todo lo que sucedería a partir de entonces sería imprevisible.

Nunca tuvimos presente la frase mientras continuamos la elaboración del libro. Creo que la encontramos en un cuaderno de notas al final, cuando revisábamos papeles para escribir el prólogo, en el que relatamos ése y otros encuentros. Y pensamos que podía servir para presentar a Rodolfo Galimberti.