«Jeff Buckley tenía una personalidad magnética»

“Cuando lo conocí pensé que era uno de esos típicos músicos carilindos”, dice la fotógrafa Merri Cyr al recordar la impresión que le dejó el artista nacido en 1966 en California, hijo del también músico Tim Buckley. Era principios de los 90, Jeff Buckley tocaba en algunos cafés y boliches locales y a ella la habían encargado el trabajo desde la revista Paper Magazine. “Él vivía en el departamento de su novia Rebecca, en Elizabeth Street, Manhattan, y ahí fui para hacer la sesión. Cuando terminamos de fotografiar, definitivamente sentí curiosidad por su música. Y cuando lo escuché por primera vez haciendo “Hallelujah” en el café bar Sin-é, de Nueva York, empecé a lagrimear porque su versión era completamente desgarradora y hermosa”.

Su relación se iría fortaleciendo hasta convertirse primero en compañeros de trabajo y después en amigos. Y aunque solo duró cinco años (Buckley murió en mayo de 1997, a sus treinta años, ahogado en un río en Tennessee), Cyr recuerda esa etapa con intensidad. “Cuando firmó con Sony, me llamó de la nada. No había tenido noticias de él durante seis meses y llegué a casa un día y encontré siete mensajes suyos en el contestador automático. Quería que filmara su primer EP, Live at Sin-é (1993), en una sesión de tres días. Para la grabación pasamos mucho tiempo juntos, y fueron días muy intensos en los que se terminó de forjar el vínculo”.

Fotógrafa profesional desde 1988, Cyr también retrató para distintos medios a actores, actrices y directores como David Lynch, Victoria Abril y Wim Wenders, entre otros y otras. Además, contratada por sellos discográficos como Sony, Polygram y Warner trabajó con músicos como Joey Ramone, Anohni (de Antony and the Johnsons), Bobby Gillespie (Primal Scream) y Henry Rollins (Black Flag), por nombrar solo algunos.

En este diálogo con Bache, Cyr repasa su carrera y su vínculo con la fotografía y recuerda los momentos laborales y personales junto a Jeff Buckley.

Cuando tenía quince años gané un concurso nacional de modelaje para un perfume de adolescentes llamado «Loves Baby Soft», y fui fotografiada en la campaña por uno de los fotógrafos más famosos del mundo, Richard Avedon. Modelé por un tiempo, pero me interesé rápidamente más por lo que estaban haciendo los fotógrafos y los asistentes, así que me puse a estudiar.

 

La actriz española Victoria Abril

Fotografié a cientos de actores y actrices, y puedo decir que los verdaderos profesionales saben perfectamente la imagen que quieren proyectar. Cambian su expresión con cada toma, y realmente controlan su imagen. Están acostumbrados a tener una cámara enfrente, así que han practicado cómo usar sus expresiones con mucha precisión.

A la mayoría de los directores, en cambio, no les gusta ser fotografiados. Casi siempre están analizando la luz que usás, el ángulo, y pensando en cómo lo estarían haciendo ellos.

 

David Lynch
Wim Wenders

 Sin embargo, la pasé bastante bien fotografiando a Wim Wenders en 1991 para Paper Magazine. Lo conocí junto a a Solveig Dommartin, la actriz que había alcanzado la fama internacional con Wings of Desire (1987). Estaban en Nueva York para una conferencia de prensa por la película Until the end of the world (1991), llovía mucho y Wenders quería volver a su hotel en el centro para hacer las fotos. No pudieron conseguir taxi, así que terminé llevándolos en mi camioneta vieja de los ‘70, con las colillas de cigarrillos que se caían del cenicero y la basura que se acumulaba en el asiento de atrás. Nos quedamos atascados en el tráfico bajo una lluvia torrencial, pero fueron muy amables y en su habitación del hotel la pasamos muy bien haciendo las fotos.

 

Joey Ramone

 Trabajar con músicos es una de mis tareas favoritas porque les encanta actuar y transmitirle emoción a la cámara, y casi siempre están abiertos a la experimentación. Siempre traté de no juzgar de antemano la música de un artista y de mantener la mente abierta para ver qué tipo de imágenes me generaba. Después solía discutir mis ideas con el artista, y le pedía su opinión. Cuando le pregunté a Jeff Buckley qué opinaba sobre algunas de las cosas que tenía en mente, le encantó. Dijo que nunca le habían pedido su punto de vista antes de una sesión. Y lo sorprendente es que se prendía a casi cualquier idea que yo le tirara.

 

Anohni
Bobby Gillespie (Primal Scream)

 

 Sea introvertido o extrovertido, un artista tiene algo que necesita sacar al mundo. Quieren mostrártelo y que vos lo veas, y eso es genial porque eso es lo que a mí me gusta hacer. Yo intento descifrar el idioma que hablan.

 

 

 Jeff tenía una personalidad magnética y un estilo muy seductor. Un aspecto de su personalidad era la imagen del abandonado al estilo Charles Dickens. Esa versión suya rompió muchos corazones, incluido el mío. Por otro lado, era muy cómico y ácido, tanto en persona como en el escenario, quizás a la manera de George Carlin o incluso algo más oscuro que Lenny Bruce.

Antes de cada show hacía un rápido escaneo por la sala, como si quisiera captar el estado de ánimo del público. Entonces ahí sabía qué hacer. Si la sala era ruidosa, una manera más efectiva para empezar era con un «ooooooooohhhhhhh» casi inaudible, que iría subiendo de volumen gradualmente. Y en treinta segundos la sala se quedaba en silencio. Fue increíble verlo en vivo. Jeff podía hacer que el público conectara con él instantáneamente.

 

 

 

 

 Tenía mucho poder. En las fotografías pasa lo mismo: te está seduciendo y haciendo que lo ames. Y sin embargo, había algo inminentemente triste en su actitud, como si pensara que no era digno de ser amado. Suena ridículo, porque conocí a mucha gente que hubiera hecho cualquier cosa por él. Algo que me acuerdo mucho es que cuando estábamos de gira con él y su banda le gustaba que yo lo cuidara. Lo estuve retratando durante semanas, y a veces, cuando estaba en el escenario o en el bar, miraba su alrededor y ponía una sonrisa de reconocimiento, como “ah, ahí estás”. Y ahí es cuando yo tomaba la foto.

 

 

 Para la sesión de fotos de Grace (1994), el primer y único disco de estudio que publicó Jeff en vida, elegí transformar en un cabaret el loft que mi amigo Billy Basinski, músico ambient, tenía en Williamsburg, Brooklyn. Por esos años apenas había artistas en el barrio, y no me gustaba ir a Brooklyn porque casi nunca podías conseguir un taxi que te llevara. Billy me permitió decorar el departamento, y Jeff llegó con una bolsa de lona del ejército llena de ropa arrugada. La vació sobre la cama y el vestuarista que contratamos se pasó todo el día planchando las arrugas de la ropa. Era casi toda vintage, porque Jeff compraba mucha ropa usada.

 

Para la foto de portada llevaba una campera con lentejuelas doradas que había encontrado en la calle. Nos divertimos mucho haciendo las fotos, pero la campera nos trajo muchos problemas más adelante. La gente de Sony la odiaba.

 

 

 Por un lado, fue una experiencia increíble y me siento muy afortunada de haber trabajado con un artista tan increíble. Fue muy generoso conmigo. Pero por el otro, estaba un poco atormentada porque Jeff me daba a entender a mí y a cualquiera que lo escuchara que probablemente no viviría muchos años. Por mucho que me encantara trabajar con él y conocerlo, durante ese tiempo estuve expectante por que sucediera algo que parecía inevitable, aunque al mismo tiempo tenía la esperanza de que no pasara nada.

 

 

 25 Years of Grace es un libro de mis imágenes de Jeff en los casi cinco años que lo conocí. Incluye trabajo de estudio, documentales y fotos conceptuales que hicimos juntos. Entrevisté a la mayoría de las personas que participaron en la creación de su único álbum de larga duración, y creo que todas las entrevistas juntas reconstruyen la historia de cómo surgió Jeff a principios de los 90 y crea un retrato de la industria musical tal como existía en ese momento. La gran sorpresa para mí fue que las entrevistas formaron su propia historia cuando se combinaron, y con la adición de mis imágenes sentí que era el mejor tributo que le podía ofrecer. El libro ofrece un vistazo a otro tiempo y otro lugar.

 

Más de Merri Cyr: https://www.merricyr.com/

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Bache

Revista digital. Cultura y sociedad.

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