Patagonia: cuatro relatos sobre el fuego

Casas destruidas, miles de hectáreas de bosque quemadas y cientos de personas que perdieron todo. ¿Qué historias dejó el paso del fuego por la Comarca Andina argentina?

 

En los últimos dos meses una serie de incendios forestales afectó a la región de la Comarca Andina, más precisamente a las localidades de El Bolsón (provincia de Río Negro), Lago Puelo, El Maitén, El Hoyo y Las Golondrinas, en el noroeste de Chubut.

Con varios focos en simultáneo que se intensificaron en las últimas dos semanas (uno continúa activo, en la zona de Las Golondrinas), el fuego arrasó miles de hectáreas, cerca de cuatrocientas viviendas y produjo tres muertes: Sixto Garcé (45 años), trabajador rural de El Maitén; José Luis Rivero (68), jubilado, y María Briones (51), trabajadora municipal, ambos vecinos de Las Golondrinas.

Mientras en muchos barrios siguen sin luz ni agua y se movilizan para repartir las donaciones que llegan, cientos de personas y familias que perdieron su casa y su lugar de trabajo piensan en cómo seguir.

En Bache, algunas de ellas cuentan su historia.

Fotos por Marcelo Martínez y Matías Garay

 

Foto: Matías Garay
Foto: Marcelo Martínez

Ingrid, dueña junto a su marido Héctor de un complejo turístico en Las Golondrinas, Chubut

Volvimos a vivir a la Argentina en 2011, y hace cinco años compramos La Posada de Olaf, que era un pequeño complejo con tres cabañas, cuatro habitaciones y un restó, más la casa en la que vivíamos, al lado. Después del incendio nos quedó solo una cabaña y media, que es donde estamos viviendo ahora.

 

Matías Garay

El fuego se había desatado en el fondo de nuestra casa, en la ladera del «Piltri» (cerro Piltriquitrón), y cuando vimos que arrancaba para El Hoyo pensamos: «nos salvamos». Y como sabíamos que nos iban a cortar la luz, como siempre que hay un incendio, mi marido, Héctor, arrancó para la YPF y fue a comprar nafta. Pero cuando volvió, en el mismo momento en el que entraba, vimos fuego al frente de nuestra casa, en otro barrio que se llama Cerro Radal, a unos 3 kilómetros. Después escuchamos a unos vecinos gritar y salimos a la ruta, y vimos en la vereda de enfrente, a donde está la brigada de incendios, que alguien había tirado algo y había prendido fuego esta zona, así que volvimos corriendo para la casa y les dije a mis hijas, de ocho y diez años: “pónganse las zapatillas que nos vamos a visitar a la abuela a El Bolsón”.

Cuando fui hasta la tranquera de vuelta, habían pasado más o menos tres minutos y ya teníamos el fuego a pocos metros. Volví corriendo y agarré un bolso de mano. No pude agarrar nada más. Porque no sabés qué hacer en ese momento, era como una tormenta de arena, toda de fuego, y teníamos un paredón gigante que se acercaba cada vez más. Ahí mi marido me dijo: «agarrá a las nenas y andate».

 

Un trabajador de limpieza inspecciona los escombros en el complejo de cabañas «La posada de Olaf», en Las Golondrinas, Chubut. (Foto: Marcelo Martínez)
Matías Garay

La vida en Las Golondrinas es bastante tranquila. Es una zona semi rural, porque si bien no es campo tenés vecinos que no viven al lado tuyo, como pasa en una zona urbana. Es un lugar muy turístico, lleno de bosques, pinos y frutales. Viene mucha gente de la costa de la provincia de Chubut, de Santa Cruz, Río Negro, Neuquén, y la mayoría de la gente depende de la industria del turismo, directa o indirectamente, porque muchos de los que nos dedicamos al rubro trabajamos mucho durante tres o cuatro meses y con eso podemos vivir bien el resto del año, siempre y cuando lo cuides.

 

Marcelo Martínez
Marcelo Martínez

Estamos recibiendo ayuda de familia, amigos y conocidos, y de la comunidad en general. Del estado provincial está viniendo seguido una persona, que ya vino cuatro o cinco veces, y nos está ayudando a conseguir materiales. Vino también el gobernador de Chubut, Mariano Arcioni, y dijo que nos iban a dar una mano. Veremos qué pasa. Por otra parte, desde el Municipio están totalmente ausentes, no se presentaron ni siquiera por una cuestión de empatía, nada.

 

Matías Garay

El fin de semana pasado vinieron muchos amigos a ayudarnos a limpiar, y entre todos pagaron un camión volcador para que retirara los escombros. El camión hizo setenta viajes ida y vuelta para llevarse todo. Después de eso con mi marido decidimos dejar de esperar. No tenemos tiempo para seguir esperando. Nos quedamos sin trabajo y sin casa, y estamos viviendo en la cabañita que nos quedó. No tenemos ingresos, por eso tenemos que arrancar a trabajar de vuelta.

 

Para ayudar a Ingrid y Héctor:

Banco Nación – Sucursal El Bolsón

CBU 0110246030024600258815

Caja de ahorro 16952460025881

CUIT 20-22014323-7

TORNERO HORACIO FABIÁN

(Enviar comprobante por WhatsApp al 294 4399897 / 294 4798544 ).

 

Banco Provincia de Chubut

CBU 0830015738003244080022

Caja de ahorro en pesos

CUIL 24250216013

FIBIGER INGRID


Adrián, productor de cerveza artesanal y estudiante de Agroecología de Las Golondrinas

Cuando vi que había perdido todo, lo primero que pensé fue en mi gato, que estuvo desaparecido dos días pero finalmente lo encontramos y está bien. Y después, ir cayendo de a poco y llorando, con la contención de mi familia.

 

Matías Garay

Yo estaba en Buenos Aires cuando ocurrió, me avisó un amigo por celular, y desde ahí estuve comunicándome con mi hermano, que estuvo cuidando el lugar como pudo, y con mis amigos. Había poca señal, así que en un momento ya no supe qué pasaba o cómo estaban ellos. No dejaban pasar a nadie, entonces mi hermano, me contó después, bajó corriendo y fue hasta la casa y estuvo tirando agua, que había poca, y luchándola hasta la noche. Cuando finalmente me pude comunicar me comentó que hicieron lo que pudieron, que había amigos y vecinos, alrededor de ocho personas, tratando de apagar el fuego. Era de noche, estaba lleno de humo, y cuando el fuego los rodeó tuvieron que irse.

Me quedé con la esperanza de que los bomberos salvaran la casa, entonces organizamos para al otro día, a las seis de la mañana, poder evacuar y sacar las cosas. Pero cuando fueron al otro día estaba todo quemado. Ya había pasado el fuego, quedaban algunos focos, pero vieron que estaba quemada tanto la casa como el vehículo y todo lo que estaba alrededor. Fue duro.

 

Matías Garay

Estaba armando y mejorando la fábrica de cerveza artesanal que tenía en mi casa, buscando la habilitación municipal y pintando e invirtiendo. Ya estaba funcionando, vendíamos cerveza en la Comarca, pero buscábamos la habilitación. Teníamos un equipo de cien litros, cerca de cinco fermentadores, veinte barriles y un freezer. Era un equipamiento de 800 mil pesos, que perdimos. Lo único que se rescataron son las bases de algunos fermentadores, que son muy fuertes, y dos barriles, pero el resto se perdió: del calor que hacía explotaron garrafas y se fundieron hierros. No quedó nada. También se me quemó el auto.

 

Foto: Matías Garay

Estoy parando en una casa prestada, en donde no vivía nadie. No tiene nada, ni una silla. Solo agua y luz. Está en construcción, y me la prestó un vecino para quedarme durante este tiempo transitorio. Así que así estoy ahora, buscando un lugar donde vivir y buscando cómo salir adelante. Primero quiero solucionar lo habitacional y después lo de la fábrica. Estoy recibiendo ayuda de la gente, de la Universidad en donde estudio Agroecología, y del Mercado Rural Las Golondrinas, que es donde yo comercializaba la birra y donde hay mucha gente amiga con la que fomentamos la economía regional de buena manera

 

Para ayudar a Adrián:

 

Banco Patagonia

Caja de Ahorro en Pesos

CBU 0340263608124182324005

Cuenta 263-60812418232400

CUIT 20374338189

Adrián Luis Zapata

 

Los restos de una fábrica de dulces (Foto: Matías Garay)
Matías Garay

Nancy Domínguez, médica holística del barrio El Pinar

Mi casa se incendió en nueve minutos, pero todo el barrio se quemó en veinte.

Hace doce años que vivo en la Comarca Andina, lugar en el que tenía todo mi trabajo, las historias clínicas y esencias florales que había hecho y que pensé que iba a tener para trabajar durante muchísimos años más.

17.57 hs, desde la casa de Nancy Domínguez, en El Pinar (Foto: Nancy Domínguez)

Ese día estábamos viendo a lo lejos el fuego en Las Golondrinas, no tan cerca todavía de donde yo estaba, aunque había mucho viento del norte que lo iba a traer para nuestro lado, pero sabíamos que iba a llover. Y estábamos observando eso cuando bajé a hablar con vecinos para organizarnos, sabiendo de antemano que me habían ofrecido una casa, en la que estoy viviendo ahora. Y mientras estaba hablando vi que cambiaban de color los pinos frente a casa y escuché un crepitar horrendo, y vi que el fuego ya estaba frente al barrio. Era otro foco, que prendieron desde otro lugar. Volví a mi casa, pude agarrar dos cositas y salí con el fuego atrás mío. No pude rescatar a mis gatos y de milagro pude sacar el auto.

 

18.38 hs, a 500 metros de su casa (Foto: Nancy Domínguez)

Después, cuando fui a la zona de evacuación, a la casa donde me dieron alojamiento en El Hoyo, fue terrible porque estábamos rodeados por una herradura de fuego, al este, oeste y norte. La gente fue evacuada en el gimnasio de la localidad, después la trasladaron a una escuela, pero como el fuego seguía para ese lado hubo que trasladarla a otra localidad, a Epuyén, a 35 kilómetros.

 

18. 51 hs, frente a su casa (Foto: Nancy Domínguez)

El Pinar es una zona de bosques, implantado ahora, porque estábamos tratando de que volviera a nacer el bosque nativo, mejorando la zona. El barrio surgió de una toma de hace veintipico de años, y me invitaron a vivir después de ver que, a pesar de ser profesional, no soy de esas profesionales que amarrocan el dinero y se compraron una casa. Un amigo, viendo que había perdido tantas veces en la vida, me dijo «esto es para vos», y realmente fue la imagen que había estado soñando durante veinte años, cuando había conocido la zona por primera vez.

Comencé a construir mi casa en 2015 y este año la estaba terminando, había quedado hermosa, faltaba hacer mucho pero para nosotros, acá, tener una canilla con agua en la cocina ya es un lujo. Tener un baño también. Nos conformamos con pocas cosas. Pero bueno, sabemos que esta zona es muy codiciada, y esto es solo el primer punto. Si perdemos esto, vamos a perder la Patagonia.

 

Los restos de su casa

Estoy agradecida de estar viva, recibiendo mucha ayuda de la gente, que es la única ayuda que recibimos. Y ojalá nadie se olvide de lo que hay detrás de esto. Sabemos que la gente de la tierra no hace estas cosas, pero los codiciosos sí. Pero mejor no alimentemos odios ni le demos lugar a todas las versiones que están haciendo llegar. Tenemos que cambiar este mundo, no solo la Comarca, porque esto va a explotar.

 

Para ayudar a Nancy:

 

Mercado Pago

Nancy Beatriz Domínguez

Celular 1140873562

CVU 0000003100036196830321

Alias: mozo.aleado.cofia.mp

intirunas@gmail.com

 

Matías Garay
Marcelo Martínez
Matías Garay

Claudia Alba, enfermera de Las Golondrinas

El fuego llegó en siete minutos, según me dijo Fabián, mi ex pareja y padre de mi hijo. Yo no estaba en ese momento porque me había ido a llevar a un paciente a El Bolsón. Fui a dejarlo y la mamá me dijo que me volviera porque había un foco nuevo. Fui por un camino alternativo, por el lado de Lago Puelo, y no me dejaban pasar. Era horrible ver las llamas por todos lados. Creí que Fabián estaba muerto, porque estaba durmiendo. Él cuenta que el calor y los gritos de la gente lo despertaron. El incendio fue provocado, hubo siete focos en simultáneo.

 

Fabián junto a su hijo (Foto: Marcelo Martínez)

Es una zona hermosa, pero desgraciadamente donde yo me encuentro escasea el agua, a pesar de que tenemos lagos y ríos. Esto siempre fue un problema en Golondrinas. También hay mal mantenimiento, con árboles muy viejos y pinos llenos de ramas y hojas secas caídas, eso tampoco favoreció. Mucha gente vive de lo que produce, de la fruta, del ganado, de su oveja, muchos hacían jugos, licores, dulces, me incluyo. Y muchos perdieron todo y ahora no tienen nada. También hay empleados públicos, como yo, pero no son buenos los sueldos. Y en la provincia de Chubut estamos muy mal, con los pagos atrasados. La gente está muy enojada. Tenemos un invierno en puerta, se siente el frío, y yo tapé la casa con un poco de madera. Esa impotencia de que hace quince días tenía todo y ahora no tengo nada, es el consuelo del tonto, «estás con vida». No recupero nunca más las fotos que se quemaron. Ni mis fotos, ni mis recuerdos, ni las cosas de mi madre. Este lugar era un paraíso, todo verde. Hay un dolor muy grande.

 

Foto: Marcelo Martínez
Marcelo Martínez

Mucha impotencia, mucha bronca. Ningún político se acercó, toda la ayuda la recibimos de la gente. Estamos en una situación vulnerable. Estoy rodeada de dos tomas, y aparecieron tomas nuevas, gente que yo nunca vi, y es preocupante. Yo estoy en lo de mi amiga Gabriela, y no quiero dejar la casa, porque tengo que cerrarla. No tengo el material para hacerlo, y le he puesto algunos palos quemados con ayuda de gente, y unos alambres que me donaron.

 

El presidente Alberto Fernández viajó en helicóptero a Lago Puelo, Chubut, para recorrer la zona afectada (Foto: Matías Garay)

En casa se armó una parada para recibir cosas de donación, porque mucha gente no quiere donar a ningún lugar político y prefieren ir a casas. Hay gente que ha abusado de esto, y nos gustaría saber a dónde van las cosas, como los grupos electrógenos o las heladeras que mandan. Los están guardando para hacer política. Yo atiendo una paciente oncológica a la que no le puede faltar un grupo electrógeno, y nadie le da respuesta. ¿Qué está pasando?

 

Para ayudar a Claudia y su familia:

CBU 0830016431004006360018

Claudia Alba

DNI 21386415

Marcelo Martínez
Marcelo Martínez
Marcelo Martínez
Matías Garay

 

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