A diez años del final de 678, el productor de televisión que marcó una época cuenta por qué se alejó de los medios, responde a quienes lo acusan de mercenario y critica a los Kirchner por no atenderle el teléfono: “Yo les entregué mi vida”.
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Por Agustín Gulman y Alejo Vivacqua
Fotos de Pablo de las Mercedes
“A veces digo boludeces y después me arrepiento”. Diego Gvirtz (1964) dice que no da muchas entrevistas. Que cada tanto lo contactan, pero que no le interesa mucho hablar. La última nota fue en 2021, con la periodista Natalí Schejtman, para ElDiarioAr. Desde entonces, pasaron cosas. En lo político, pero sobre todo en lo personal. “Estoy tratando de rearmar un poco mi vida después de tanto quilombo. Mi problema ahora es mi familia. Lamentablemente, cuando se meten abogados, psicólogos y la Justicia en temas de familia, en lugar de arreglar las cosas las rompen. Cuando resuelva eso, resuelvo todo”, explica, algo elusivo, a modo de resumen de sus últimos años.
Gvirtz lleva una década alejado de los medios. En abril de 2015, poco antes de que Mauricio Macri asumiera como presidente, el creador de 678, Televisión Registrada y Duro de Domar vendió su productora, PPT (Pensado Para Televisión), al Grupo Indalo, propiedad de Cristóbal López y Fabián de Sousa. ¿El motivo? En un año electoral, con el cambio de gobierno a la vuelta de la esquina, no quiso enfrentarse a la posibilidad de una persecución.
Desde entonces, un halo de misterio recayó sobre su figura. ¿Cómo hizo un hombre que supo acaparar tanta atención para mantenerse lejos de la vorágine mediática? “Tuve algún proyecto para Twitch, pero no funcionó porque era un financiamiento demasiado elevado. Era muy bueno”.
Empecemos por el principio. Es evidente que hay o hubo amor por la televisión. ¿Qué se veía en tu casa cuando eras chico?
Diego Gvirtz: Muchas series: Ladrón sin destino, El zorro. Mi historia es que estuve doce años muy enfermo, a punto de la muerte, y estaba muy encerrado en mi casa. Ahora también, no salgo casi. Pero bueno, empecé a grabar cosas y a archivar y en un momento me di cuenta de que me acordaba todo, sobre todo cosas de fútbol.
Tu primer programa como productor fue Fútbol permitido (1996), con Diego Bonadeo, en donde se mostraban muy críticos de la AFA y Torneos y Competencias…
Sí, en ese momento empecé a ver que había un perfil muy resultadista y yo tenía una visión distinta del fútbol, mucho más lúdica. Diego después me mató, porque me fui a laburar a Torneos. ‘Matás a Torneos y te vas a laburar ahí’, me dijo. Pero fui como productor, no puse la cara. A mí la cara no me gusta ponerla. Yo creo que ahí no había una contradicción, pero bueno, soy contradictorio, como todo el mundo. Y lo que pasó fue que a los 30 años me operaron y logré salir de ese “encierro” y primero dije “es tarde para empezar un proyecto de una productora grande”. Pero después me dije: el mejor momento es ahora. Siempre les explico eso a mis hijos, que no hay edad para empezar algo.

Esto era a fines de los 90, una época con varias productoras grandes en simultáneo: Cuatro Cabezas, Ideas del sur, Pol-ka. ¿Cómo era el vínculo entre ustedes?
Feroz, pero no como ahora, que se hacen muchas más agachadas. Siempre hubo mucha competencia. Cuando, años después, entré a Canal 13, (Adrián) Suar y (Pablo) Codevilla mucho no me querían, porque ocupaba un espacio importante, que querían para ellos solamente.
El uso del archivo era una marca registrada de PPT. Un lenguaje televisivo bastante innovador para la época.
Muy innovador, sí.
Hay una obsesión tuya por el archivo, ¿no?
Por la memoria, sí. Después los que compraron el archivo (Indalo, en 2015) no saben mucho de medios, entonces medio que lo desarmaron. La gestión de un archivo es recontra complicada en general. Tenía 200 personas visualizando toda la televisión. En un momento, antes de YouTube, yo había pensado en hacer una especie de plataforma abierta, pero no lo llegué a hacer. Era como un sistema propio, que consistía en replicar en un software lo que me pasaba a mí en la cabeza, para recordar lo que decían los otros. Nosotros grabábamos y anotábamos todo, tema por tema.
PPT hizo un poco de escuela televisiva. Muchos de esos formatos fueron copiados. ¿Vos te sentís reconocido?
Sí, fueron muy copiados. Lo de reconocido me importa poco, no lo sé. Alguna gente me quiere, otra me odia.

Tu nombre quedó marcado para mucha gente. Parecía que todo lo que pasaba en el aire era tu responsabilidad, para bien o para mal.
Me pasaron cosas raras en mi vida, en el último tiempo sobre todo, que yo creo que no fueron casualidades. Lo del robo del auto, por ejemplo. Yo no robé un auto, evidentemente. O sea, pedí un auto para alquilar y me dieron la llave y me subí. Cuando volví me estaba esperando la policía.
¿Y cómo terminó eso?
Nada, me terminaron sobreseyendo. Pero estuve dos días preso en una cárcel de dos por dos, con otros tipos.
¿Los tipos sabían quién eras?
Supongo que sabían, primero me enfrentaron, yo me les planté y después fueron para atrás y lo resolvimos. Y cuando me iba me hicieron una fiesta de 6 horas.
¿Cómo?
Sí, me hicieron una fiesta. Yo dormí porque estuve dos días sin dormir. Además no me dejaron hablar por teléfono, no podía hablar con mis abogados. Maltrato total. Un nivel de maltrato increíble.
¿Vos sentís que te estaban esperando para cobrarte un vuelto?
Yo creo que sí. Pero bueno, bajó un poco la espuma ahora. Yo me retiré también, y fue una buena decisión, sobre todo pensando en mis hijos.
¿Qué estuviste haciendo estos últimos años?
Yo tuve muchos quilombo personales. Tuve una estafa de un estafador, un psicópata que me estafó y eso me generó un quilombo familiar. Me divorcié con un divorcio complicado, me acusaron de violencia familiar. Yo cuento la verdad pura y llana: yo no soy un tipo violento para nada. La convencieron a mi mujer de cosas que no son. Nunca hubo ningún episodio de violencia ni económica, ni formal ni nada. Soy un tipo tranquilo. La pandemia para mí fue la muerte. A mí me cuesta mucho vivir sin familia. Con mis hijos está todo bien, pero con mi ex mujer no. Es muy difícil para mí, porque es una mujer con la que estuve 18 años.
678, el affaire Sarlo y la discusión con CFK

678 terminó hace diez años pero sigue muy presente en el discurso político. Sin ir más lejos, el vocero presidencial, Manuel Adorni, tiene un programita en YouTube que se llama Fake 7, 9. El mismo Milei dice mucho ‘tsunami de chanes’, una frase muy usada en Duro de domar. Vos dijiste que no estuviste de acuerdo con la última parte de 678. ¿Lo sostenés?
Sí, la primera parte fui yo, digamos. Esa primera parte fue muy buena, más moderada. Era más un análisis de medios y mostrar cómo los medios repercutían en la cabeza de la gente. Con la segunda etapa yo no estuve de acuerdo, pero lo hice.
Era más “neutral”, si se quiere. Conducía María Julia Oliván…
Claro, más amplio.
¿Y cuál fue el quiebre?
Beatriz Sarlo.
Hasta la reelección de Cristina…
Claro, después de ahí ya no estuve de acuerdo. Ahí hay una contradicción, ¿ven? No estaba de acuerdo pero lo hice.
¿Te parecía que había que incorporar voces opositoras?
Sí, yo quería que nos destrozaran. Está bueno tener muchas miradas. Hay muchas verdades y muchas realidades, y yo no creo tener la verdad. De hecho, yo me considero un perdedor, el loser de Duro de Domar, ese soy yo. Y nunca me la creí, es lo que les digo a mis hijos, que me conocen bien. Les digo que una cosa es el personaje público, que supuestamente parecía un rockstar endemoniado, y otra cosa es lo otro. Soy un padre de familia, no tomo alcohol, tomo agua con gas. En una época, cuando era más pendejo, era conflictivo, me agarraba a trompadas, pero ahora soy un tipo pacífico.

¿Cómo recordás ese episodio de Sarlo? Fue en mayo de 2011, pocos meses antes de la reelección de Cristina.
No sé si debería contarlo pero en ese momento, cuando iba a venir Sarlo de invitada, tuve una discusión fuerte con Cristina. Yo le dije que para mí el programa tenía que ser amplio y teníamos que perder debates, porque para mí lo importante no es ganar los debates siempre, porque no tenemos razón siempre. Y le dije que si no iba Sarlo dejaba el programa. ‘No lo hago más’, le dije. Y ella terminó accediendo. Fue el mejor programa de 678. Nos destrozó y a mí me encantó que nos destrozara. Sarlo decía que era un programa feo de gente fea. Bueno, somos feos, ¿qué querés que le haga? Nos rompió el orto.
En ese programa Sarlo menciona algo que era la mayor crítica hacia tus programas, que era el uso malintencionado del archivo, para muchos cercano al carpetazo. Hasta el día de hoy lo sigue repitiendo Luis Majul, por ejemplo.
Eso es falso porque yo era muy estricto con eso, muy riguroso. Lo que es falso es falso y no se puede mentir, no se pueden recortar cosas para favorecerte, digamos. Si son ciertas, son ciertas, y cuando son mentiras son mentiras. Majul, bueno, ya sabemos quién es Majul. Por lo menos yo lo sé, no sé si ustedes lo saben. El tipo recibe sobres. Yo no recibía sobres. Cuando me acusan de recibir guita de la Anses, yo no recibía plata de la Anses. En todo caso el canal recibía de ahí. Y a mí me pagaba el canal. En esa causa también me sobreseyeron, hubo una denuncia de (Laura) Alonso, que perdió.
¿En algún momento te arrepentiste de meterte con la política?
No me arrepiento de lo que hice. Me arrepiento de haberme divorciado de mi ex mujer, de que todo eso me generó un quilombo con mi familia. De esa parte me arrepiento, pero no de lo que hice, porque yo creo que fui honesto. Obviamente, con errores y aciertos. Soy contradictorio, como todos
Cuando te quieren insultar te dicen mercenario. No hijo de puta o sorete. Mercenario. ¿Por qué?
No sé, es una forma de descalificarme. Yo mercenario no soy, no me vendí a nadie. Tenía una forma de pensar. La gente cree que soy multimillonario, pero vivo en un tres ambientes en Amenábar y Lacroze. Si quieren los invito, van a ver lo que es, se van a dar cuenta de que multimillonario no soy. Yo soy un analista de medios. Me dediqué a eso.

2011, pico del kirchnerismo, reelección de Cristina con el 54%, 678 recibía ataques permanentes. Estando embarcado en un proyecto de esa magnitud parece imposible no sentirse poderoso. ¿Cómo vivías esa época?
Ya les digo, todo es mentira. Vivo en un lugar tranquilo. Mis amigos son los de siempre. En esa época laburaba las 24 horas, no paraba nunca. Me levantaba temprano, iba a los canales, tenía muchos programas, después volvía a casa y estaba con mi mujer. Ya cuando tuve hijos cortaba a las 3 o 4 de la tarde, los pasaba a buscar, los llevaba a fútbol, volvía de fútbol y volvía la productora. Dormía mirando tele y escuchando lo que decían los canales para al otro día saber más o menos por dónde ir.
¿Pensás que alguno de los periodistas que trabajó en 678 quedó marcado?
No sé. Yo me hago cargo de lo mío, no obligué a nadie.
¿No tuviste más trato con nadie?
No, hicieron su laburo, cobraron por eso y no son mis amigos. Me llamó alguna vez Edgardo Mocca, pero nada más. Con muchos de la productora sí, con otros no. Había una productora muy buena que era como mi mano derecha, que no la vi nunca más. No extraño nada. Prefiero mi vida así, tranquila. Estoy tratando de recuperar a mi familia. Ahora me dedico un poco a las inversiones y a vivir y a disfrutar de mis hijos. No pienso en el futuro.
El streaming, la TV y los proyectos

Hablemos de los medios. ¿Cómo ves el panorama?
Miro muy poco. Un poquito de streaming. Miro películas, series, no mucho más.
¿No extrañás?
Tengo estos proyectos que les decía. Cuando tenga financiamiento los haré, si no, no. Tengo muchas cosas en la cabeza, muy buenas, pero son caras.
Hoy se ve mucho de lo mismo que había en tu época: panelismo, editoriales…
Bueno, yo no quiero hacer eso. Quiero hacer algo bueno. Y tengo dos ideas muy buenas pero que son caras y son internacionales. Y miro también el consumo de mis hijos.
Hay mucho de nostalgia también, mucho archivo.
Sí. No quiero ser Sofovich diciendo ‘mucho de lo que hacía yo antes…’, pero bueno.
En los canales de streaming como Blender, Luzu, OLGA, Gelatina, ¿ves algo que te llame la atención?
Los miro, pero no veo nada novedoso. Me parece que sobre el mismo formato se puede hacer algo más internacionalizado.
¿Cómo sería?
Algo globalizado. Agarrar gente de acá, de Chile, de Colombia, Estados Unidos, China…
Estás revelando tu idea…
No quiero decirla, pero más o menos es eso. Entonces eso se vería en todo el mundo, sería global.

¿Ves hoy gente que arriesgue?
Yo creo que cada uno tiene lo suyo. Todos se arriesgan un poco, pero no sé si me cierra. El más talentoso de los medios para mí es Daniel Hadad.
Mario Pergolini dijo que durante los últimos años la televisión estuvo muerta pero que ahora volvió. ¿Coincidís?
Está viva, pero tiene mucha menos repercusión que antes, menos poder de fuego.
¿Disfrutaban pegarle a alguien en particular? Además de a Mirtha Legrand…
No, no. Me han traído algunas notas con Macri que se hacían con cámara abierta y yo decía que no. Está mal la cámara abierta. Es un arma. Yo no puedo ir con una cámara abierta a encararte, es coercitivo. Yo lo prohibí. Eso no lo ponía al aire.
Entre los Kirchner y Milei

Te definías como ultrakirchnerista y cercano a Máximo y Cristina. Y a Néstor lo llegaste a considerar un padre. ¿Qué ves cuando mirás el presente político?
No soy ultrakirchnerista. Con Cristina no me llevo mal, pero su segundo gobierno no me gustó. Me gustó el primer gobierno de Néstor. Hasta ahí me siento identificado, después ya no. Me parece que el kirchnerismo tiene que cambiar su discurso. Si quiere reivindicarse tiene que cambiar el discurso en lo económico, sobre todo en lo fiscal, y juntarse con todos.
¿Milei?
Igual. Yo no tengo nada contra él, pero si no empieza a haber consensos en este país… Creo que se necesita un consenso de todos. Creo que el grave error de Milei fue demonizar a Kicillof. Se generó su propio enemigo, y le ganó el diablo. O sea, peleás contra el diablo y te termina ganando el diablo.
¿Y cómo ves el uso mediático del gobierno con los tuiteros, los streamers y demás?
Puede funcionar durante un tiempo, pero cuando la gente ve que no tiene para morfar se termina. El tipo hizo cosas bien, agarró un país quemado e hizo cosas bien, pero no alcanza. Recortar lo de arriba, no lo de abajo. El famoso derrame no existe. Como todos, Milei tiene cosas muy buenas y cosas muy malas.
¿Con Cristina no tuviste más contacto?
No. Ni con Máximo. Intenté acercarme, pero no me contestaron los llamados.
¿Hace cuánto?
Tres años.
¿No insististe?
No, si no les interesa que no me hablen. Yo tampoco me voy a morir. Mi vida no va a cambiar por eso.
A Máximo lo veías como un hermano…
Para mí es muy inteligente, muy talentoso. Lo sigo sosteniendo. Pero ya no lo considero un hermano. Me parece ingrato. Yo les entregué mi vida, sobre todo al padre. Es un desagradecido, igual que Cristina.

Ping pong
- Mauricio Macri: Lo conozco poco. Me invitó a cenar antes de ser presidente. Le dije que no, pero me parece un tipo talentoso. No coincido ideológicamente pero llegó a ser presidente. No es fácil eso. Hay un talento ahí.
- Jorge Rial: Laburé con él. En un principio me llevaba mal y ahora me llevo bien. Después me pidió que lo produjera, cuando estuvo en C5N, pero al final no se llegó a nada.
- Julia Mengolini: Me parece piola. Es talentosa.
- Iván Schargrodsky: Me parece un tipo ingrato. Lo escucho hablar y lo siento un desagradecido.
- Malena Pichot (debutó con Cualca en Duro de Domar en 2012): Ella es buena. Muy buena.
- Mariana Moyano (integró 678): Era difícil, pero buena.
- Diego Recalde: Laburó conmigo. Fue guionista en PPT, igual que Diego Sehinkman. No tengo mucho más para decir.
- Jorge Lanata: Me insultaba, pero era parte del show. No lo tomo personal, lo tomo como parte de un chiste. ¿Le puso PPT a su programa? Está bien. Una cosa es el show y otra cosa la vida real. Como con Baby Etchecopar. Me vivía puteando y me lo crucé en un juzgado y me dio un abrazo.
- Daniel Hadad: El más talentoso de todos. Lo que tiene Daniel es que es un empresario de medios y es un tipo de medios. Lo que hace me parece todo bueno.
- Ernesto Tenembaum (dijo alguna vez que quedó dolido porque te consideraba un amigo y apareció mucho en 678): No hablé más. Para mí es muy talentoso. Él estará enojado conmigo, todo lo que quiera. Lo produje bien e hicimos un muy buen programa, Periodistas, en 2002. Si él se enojó conmigo en algún momento, bueno, a mí las cosas se me pasan.
- Marcelo Tinelli: Está pasado. Medio que ya fue. Un tipo muy talentoso en su momento. Muy narcisista también, entonces arma todo en función de él. Mis hijos no saben ni quién es.