Jaime Bayly, el niño terrible

(Fragmento de “Columnas mundanas”, de Jaime Bayly, publicado en Revista Veintitrés el 21 de junio de 2007)

Hace unos días Marcelo Longobardi fue trending topic. Como mi oficio me obliga a estar todo el tiempo informado, entré a chequear qué pasaba: una jauría de libertarios indignados por unas declaraciones de Longobardi contra Milei proferidas ante Jaime Bayly. Una cosa llevó a la otra y, algoritmo mediante, terminé metido en el increíble mundo del neo peruano parlanchín. Hacía bastante que no escuchaba de él. Para el argentino promedio, algo entrado en años, Jaime Bayly fue una actualización de Hugo Guerrero Marthineitz. Los dos hacían grandes entrevistas, tenían una marca de estilo y eran peruanos. Desconocíamos entonces, y muchos quizás todavía lo desconocen, que Bayly era además un escritor popular y premiado con una sorprendente historia de vida y cierta inclinación al escándalo.

Como televidentes argentinos, a principios del 2000 nos llegaba vía coaxil su ciclo de entrevistas en algún canal de cable peruano. En nuestro país tuvo participaciones memorables en distintos programas. En 2004, en el programa Memoria, de Chiche Gelblung, Jaime presenció la célebre y poco feliz sacada de lentes de Flavia Miller, tercera en discordia del escándalo Susana versus Roviralta. Gracias al tipo de cambio favorable, entre 2006 y 2007 lo tuvimos también a cargo de Tendencia, versión audiovisual de la revista homónima que se emitía los sábados por canal 9 y también propiedad de Daniel Hadad, portavoz de cierta frivolidad de los buenos años kirchneristas. Ese programa, de dos horas de duración, fue probablemente el único ciclo que Bayly hizo en Argentina. Eran entrevistas espectaculares a personas del ambiente. Yo las esperaba con ansias. Me fascinaban su estilo divertido y agudo, su inteligencia, su empatía, su sorna sutil. Era capaz de volver interesante hasta a Dolores Trull. 

Bayly es el tercero de diez hermanos de una familia tradicional limeña. Perteneciente a la clase alta de Perú, sus padres esperaban de él grandes cosas. Tras algunos pasos como periodista gráfico, empezó a participar en la televisión nacional. En poco tiempo se convirtió en un suceso popular: entrevistas, números de varieté, confesiones polémicas y verdaderas abyecciones para su familia y su clase social lo pusieron en boca de todo Perú. 

El niño terrible, no por nada su apodo autoimpuesto, comenzó a forjarse una carrera en el escándalo, tanto por su agenda mediática como por su vida privada. No fue sencillo para una familia del Opus Dei aceptar que su hijo dilecto coqueteara públicamente con la homosexualidad, que más tarde fue bisexualidad. Sería un poco largo de contar acá, pero digámoslo así: contrariado por lo que se esperaba de él y lo que realmente era, buscó sentar cabeza casándose con una mujer de su misma clase social, con quien tuvo dos hijas. Se mudó a Washington. Alejado de los medios, intentó estudiar una carrera respetable mientras perseguía su deseo de  convertirse en escritor. La familia tipo no era lo suyo; tampoco, en aquel entonces, las mujeres. Terminó en Miami haciendo un programa de televisión truculento, adjetivo que él usa mucho. Su audiencia abarcaba toda América Latina, incluso Perú, pero esta vez sin la necesidad de tener que enfrentarse al murmullo de los limeños de a pie. 

A propósito de la excelente biografía Turco. Vida, obra y secretos de Jorge Cayetano Asís (Planeta), de Pablo Perantuono y Fernando Soriano, en estos días se volvió a hablar de Jorge Asís. Él y Bayly comparten varias cosas. Son dos escritores populares con caminos inversos. Asís fue de la periferia al centro, de vendedor de retratos en Villa Domínico a embajador argentino en París. Bayly pasó de ser hijo de un banquero a que su tío, un magnate minero, lo desheredara por indiscreto. De ser educado para presidente del Perú, algo con lo que coqueteó más de una vez, a convertirse en personaje mediático y protagonista habitual de las noticias de la prensa rosa. Los dos tienen una obra literaria autobiográfica, plena de heterónimos, muy leída y criticada por la inteligentzia. Uno del centro hacia afuera, el otro de afuera hacia adentro. Última coincidencia: ambos tienen novelas que narran su paso por la prensa escrita; hechos verídicos, personajes con seudónimos. El Diario de la Argentina (1984) y Los últimos días de La Prensa (1996). Una más controversial que la otra: la primera, escrita cuando Clarín vivía su mejor tiempo; la segunda, cuando La Prensa, como el título indica, se extinguía. La primera es desbordada y exultante; la segunda, desbordada y melancólica. Dos libros espectaculares. 

Antes decía que el algoritmo me llevó de una cosa a la otra, y así llegué a una entrevista de Jaime con su mamá, Doris, a quien yo imaginaba más recta y conservadora y no tan amorosa. Y a otra entrevista con su ex esposa, madre de sus primeras hijas, Sandra, quien cuenta que siempre tuvo la certeza de que Jaime iba a ser presidente. Otra con un tío militante revolucionario, una charla desopilante en la que los dos se ríen de que se quedaron afuera de la herencia en la misma semana de la muerte de su tío y hermano, respectivamente. A otra entrevista con uno de sus hermanos. Como yo había leído gran parte de su obra, y su obra es su vida, aun con seudónimos yo conocía previamente a casi todos los integrantes de su familia. Por eso tenía una idea formada de cada uno de ellos y por eso el registro audiovisual me shockeó. Fue como ver a Aureliano Buendía entrevistado por García Márquez. McOndo. Y los nombres siguen: recuerdo las entrevistas a Charly García, Joaquín Sabina, Ricardo Arjona, Longobardi. Distintos momentos, distintos países. Jaime siempre con una notable habilidad para la conversación y un humor elegante. 

Ideológicamente, Bayly es un liberal clásico, rabiosamente anticomunista, detractor desde Miami de Fidel Castro y Hugo Chávez, firme defensor de los derechos individuales, a favor del aborto, la libertad sexual y el consumo de drogas. No es conservador en lo social ni en lo cultural. Actúa según la convicción de que todo lo que ocurra en la privacidad y no lesione a terceros no puede ser objetado ni por Dios, en quien no cree. El tipo de liberal que acá escasea. Esa línea de pensamiento le permitió camuflarse y trabajar en medios tan opuestos como Telemundo y la revista Veintitrés.

En Argentina no existe un personaje equiparable a Jaime Bayly. Escritor prestigioso, ganador del Premio Herralde en 1997 por La Noche es Virgen, es también popular y masivo. El gran público lo conoce en toda América Latina y gran parte de los Estados Unidos por su faceta mediática, no necesariamente periodística. Su fandom se compone de una legión de señoras bien, que lo aman de manera incondicional aunque no lo quisieran de yerno: rara mezcla de Alejandro Fantino y Mariana Enríquez

Ahora se reinventó como youtuber. Pone a grabar y habla quince minutos de corrido con una sencillez y una precisión contundentes, propias de quien lleva más de tres décadas hablándole a la cámara. Cualquier excusa es válida: por qué se bajó Biden, algo nimio que le sucedió en la calle, el apogeo y ocaso de su relación con Laura Bozzo, una anécdota con Mario Vargas Llosa… 

Vargas Llosa, quien en 1994 fue determinante para que Seix Barral publicara en España la primera novela de Bayly, No se lo digas a nadie, que causó gran escándalo intrafamiliar porque contaba con pelos y señales las oscuridades e hipocresías de la clase alta peruana, es ahora coprotagonista de su última novela: Los genios (Galaxia Gutenberg). Se trata de la recreación literaria del supuesto contrapunto pugilístico entre Varguitas y Gabriel García Márquez, los dos pesos pesados del continente, por el amor de una mujer. El gran escritor peruano, el premio Nobel, el sempiterno candidato a presidente, el héroe de las derechas latinoamericanas, envuelto en las infidencias de un panel de televisión; el autor de Conversación en la Catedral debatido por el panel de LAM. Jaime Bayly, en cualquier momento, jodiendo un poco más al Perú.

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Matías Castañeda

Periodista. Co-conduce el programa Después de la tormenta, de lunes a viernes de 18 a 20 por Futurock. En X es @mc__ .

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